El síndrome de vuelta al trabajo o
estrés post-vacacional, se define como la dificultad para adaptarse a la rutina
de la vida laboral tras un periodo de vacaciones donde se ha pasado un tiempo
alejado de las responsabilidades de cada día y se han cambiado hábitos, tales
como la alimentación, horarios, ciclo del sueño, etc.
Dicha dificultad, conlleva una serie de
síntomas en forma de desequilibrios físicos y psíquicos, aunque lo habitual es
que estos síntomas remitan a los pocos días.
Los síntomas que suelen presentarse
como más característicos de este síndrome son los siguientes:
· Cansancio o agotamiento
emocional. Este síntoma se caracteriza por la pérdida de energía, apatía o
desmotivación.
· Sentimientos negativos
hacia el trabajo. El trabajador no percibe que el propio desempeño del trabajo
puede ser gratificante.
· Alteraciones del apetito
(generalmente con pérdida del mismo).
· Desarrollo de síntomas
psicosomáticos de estrés. Se pueden presentar cuadros de angustia, ansiedad,
dolores musculares…
· Alteración de los patrones
del sueño. Dificultad para conciliarlo o despertar precoz.
· Sentimiento constante de
tristeza. La persona se vuelve irritable e intolerante.
Consejos para prevenir el trastorno
· Establecer un período de
readaptación, esto es, regresar unos días antes de la reincorporación laboral
para poder ir asimilando el cambio, donde debemos volver a nuestros hábitos
cotidianos.
· Es importante dedicar tiempo
para uno mismo e intentar que no todo sea trabajo, planificar algo para crear
una “perspectiva de ilusión”.
· Fraccionar las vacaciones a lo
largo del año, en lugar de tomar los días seguidos.
· Regular los horarios y el reloj
biológico los días previos al inicio del trabajo, tal como acostarse en los
horarios habituales y ser prudentes con las siestas.
· Realizar ejercicio físico, ya
que al hacer deporte nuestro organismo libera unas sustancias llamadas
endorfinas, que reducen el cansancio provocado por el estrés.
· Aprender alguna técnica de
relajación y practicarla en los momentos de más ansiedad.
· No descuidar la alimentación,
llevando una dieta equilibrada que nos aporte los nutrientes necesarios para
mantener un buen estado físico y mental.
Medidas
preventivas a adoptar por la empresa
· Horario de trabajo. Diseñar
horarios en los que al trabajador le sea posible conciliar su vida familiar y
laboral.
· Participación. La participación
del trabajador en la toma de decisiones que afectan a su trabajo, favorecerá la
aceptación de las mismas y fomentará su motivación.
· Carga de trabajo. La carga de
trabajo debe ser acorde con la capacidad del trabajador para realizar el mismo,
evitando situaciones tanto de infracarga como de sobrecarga.
· Contenido. Intentar diseñar las
tareas de forma que confieran un estímulo para el trabajador y la oportunidad
de hacer uso de sus capacitaciones de forma que se favorezca el desarrollo
profesional.
· Entorno social. Crear
oportunidades para la interacción social.
· Futuro laboral. Evitar la
ambigüedad en cuanto a la estabilidad laboral del trabajador y fomentar el
desarrollo de la carrera profesional.
Este período de adaptación de vuelta al
trabajo, suele prolongarse como máximo dos semanas, si los síntomas son
demasiado intensos o duraderos, pueden estar ocultando algo más grave, como una
depresión, trastornos de ansiedad o insatisfacción laboral. Si esto ocurre, se
deberá de acudir al médico y recuerde que el síndrome post-vacacional es una
respuesta fisiológica natural ante un proceso de cambio, por lo que hay que
adoptar una actitud positiva e intentar no centrarse en las molestias
Fuente: MAZ (2007) recuperado de http://www.maz.es/Publicaciones/Paginas/articulo-bprl-02.aspx